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16 anécdotas que demuestran que la amabilidad y empatía van de la mano de un niño

Tener hijos es tan impredecible como gratificante. Puede ser un poco aterrador no saber qué esperar cuando eres un futuro padre. Pero una cosa es segura, sabes que será una experiencia única, porque como cualquier gran historia, será cautivadora, emocionante, misteriosa y verdadera.

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Hay quien compara tener hijos con leer un libro, en el que cada capítulo pertenecer a un género diferente. Alguno será de acción, y habrá mucho caos… mientras otros resultarán estar llenos de fragmentos conmovedores que leerás en un suspiro. Estas 16 anécdotas demuestran que, aunque a veces los niños nos pongan de los nervios, tienen un lado tierno con el que es imposible no conmoverse.

1.

Escuché a mi hijo de 6 años leyendo lenta y minuciosamente un libro de Nat Geo sobre nutrias a su nutria de peluche, porque «quería que supiera sobre su familia». Fuente.

 

2.

Trabajo en un campamento de verano, y un año un alumno de primer curso se aferró a mí nada más llegar, y pasó la mayor parte del verano pegado a mi lado. Todo lo que este niño quería hacer era hablar sobre el videojuego Lego Batman. Era un niño adorable.

Un día, cuando su papá le recogió, el niño me agarró y me dijo: «Oye, papá. Este es el Sr. Anthony. Es mi mejor amigo».

Mi corazón se derritió. Fuente.

3.

Mi hijo estaba jugando a videojuegos en línea con sus amigos, así que le llevé un bocadillo y me dijo: «Gracias, te quiero». Entonces, a través de los auriculares escuché que sus amigos habían empezado a reírse a carcajadas. Me hijo respondió: «¿Qué? ¿No queréis a vuestras madres? Siento pena por vosotros». Si me necesitáis, estaré aquí sollozando. Fuente.

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4.

Hace aproximadamente un año, llevaba el cabello teñido de rosa neón brillante, llamaba mucho la atención. En aquella ocasión, estaba teniendo un día terrible. Además, mientras esperaba en la parada del autobús, un tipo empezó de la nada a insultarme y decirme cosas terribles. Así que me subí al autobús de bastante mal humor, con un viaje de media hora por delante.

Una madre y su hija se subieron en la siguiente parada y me di cuenta de que la hija me miraba con sus ojos azules gigantes. Le sonreí porque, diablos, eso es lo que hay que hacer cuando un niño te mira. Ella se lo tomó como una invitación para atravesar el pasillo y sentarse a mi lado. Con cara de asombro, me dijo: «¿Eres una princesa de las hadas?»

¿Qué dices a eso? «Sí, claro», le dije, en vez de informarle de que la mayoría de las hadas princesas no usan camisetas ni Doc Martens. Empezó a sonreír y a hacerme todo tipo de preguntas sobre mi vida como princesa hada, y le seguí la corriente para no aplastar sus sueños. Al final del viaje en autobús, me sentía bastante bien conmigo misma. Justo antes de llegar a mi parada, se inclinó y me dijo en voz baja: «Sabes, apuesto a que eres la princesa de las hadas más bonita de todas».

Maldita sea, por supuesto lo soy. Fuente.

5.

En una casa de amigos durante una reunión de verano, estaba jugando con el hijo mayor de un amigo, tenía 4 o 5 años en ese momento. Habíamos estado jugando por todo el patio, jugando en la caja de arena, en los columpios, jugando a los tractores y al pilla-pilla. Una buena tarde de diversión para un niño de 4 años. Cuando el sol comenzó a ponerse, él dejó de jugar por un minuto, miró hacia el cielo, luego me miró y me dijo: «¿Cuándo viene tu mamá a recogerte?». Yo había pasado de ser una persona de 30 años, a ser su amiga, que tenía mamá y se tenía que ir pronto… Fuente.

6.

Tenía 30 años cuando falleció mi papá, yo vivía en otro estado. Después del funeral, fui a la casa de mi tía con el resto de su lado de la familia. Mi prima pequeña tenía 5 años y no estaba segura de quién era yo. Me preguntó: «¿Cómo conociste al tío?» Le dije: «Tu tío era mi papá». Sus ojos se agrandaron como platos y se le llenaron de lágrimas. Se subió a mi regazo, me rodeó con los brazos, apoyó la cabeza en mi pecho y dijo: «Siento mucho que tu papá haya muerto. Era mi tío favorito, así que debe haber sido tu papá favorito. Me siento muy triste por ti». Fuente.

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7.

Cuando tenía 12 o 13 años, estaba nadando en el lago y vi a una chica linda. A esa edad pensé que era una buena idea salpicarla. De la nada, aparece su hermanito pequeño, que empieza a salpicarme y mirándome como solo un niño de 3 años puede mirarte me dice: «¡Deja en paz a mi hermana!» Tan tierno, que tuve que dejarle ganar. Fuente.

8.

Conocí a una niña en China. Apenas hablaba inglés, pero me dijo que estaba estudiando mucho. Me agarró la mano en la calle y caminó conmigo dos manzanas. Hablamos sobre colores, animales y sus juegos favoritos. Su mamá caminaba junto a nosotros. Ella no hablaba nada de inglés. Cuando tuvimos que separarnos, la niña me miró y dijo: «Muchas gracias por hablar conmigo. Eres el hombre más amable que he conocido».

No fue lo que dijo, sino toda la experiencia y la manera en la que lo dijo. Fuente.

9.

Mi hija de 6 años descubrió que puede pegar una nota a escondidas en la espalda de alguien. Pero no sabe que deben decir cosas como «patéame», así que solo tienen datos curiosos sobre el espacio. Fuente.

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10.

Mi hijo hoy me dijo: «Eres el mejor papá de todos». Él y su hermana han dicho muchas cosas increíbles a lo largo de los años, pero hoy realmente me alegró el día. Como hacen a diario. Fuente.

11.

Cuando era profesor, un pequeño niño del colegio infantil traía una corbata con clip y la usaba cada vez que yo me ponía corbata en la escuela. ¡Dijo que quería ser como yo! Otra alumna me dijo que yo era su maestro favorita porque sabía que realmente la amaba. ¡Me sentí como una estrella de rock! Fuente.

12.

Solía ​​​​cuidar a una niña que, al final de mi tiempo con ella, me llamaba su «otra mamá» delante a su verdadera madre. Fuente.

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13.

Soy dueña de una tienda de cómics. Uno de mis clientes habituales trae a su hija de 5 años todos los miércoles por la mañana. Me encanta conversar con ella y, a veces, si su padre tarda mucho en escoger cómics, le leo cuentos. Una mañana estaba llamando a un cliente por teléfono, mientras ella me miraba riéndose, y después me dijo: «Cuando sea mayor quiero ser como tú y dirigir la tienda».

Mi corazón se derritió. Fuente.

14.

Almorcé con mi hijo en la escuela por su cumpleaños. Podía elegir a 2 niños para que se sentaran con él, y eligió a uno que yo no conocía. Más tarde, le pregunté quién era, y me dijo: «Oh, en realidad no le conozco, pero nadie le había elegido para el almuerzo de cumpleaños antes». En general, los niños son mejores que nosotros. Fuente.

15.

Un verano participé en un campamento de verano para niños. Hacíamos una especie de búsqueda del tesoro en el bosque, en la que los niños se encontraban con un montón de criaturas de cuentos de hadas y caballeros, y cosas así. Yo estaba disfrazada de hada con un vestido blanco. Soy bastante pálida y tenía el cabello largo y rubio, incluso tenía puestas unas de esas orejas de hada puntiagudas que cubren la mitad de tu oreja y disimulas los bordes con maquillaje.

Ahora bien, siempre he sido muy insegura con mi apariencia. Cuando me miro en el espejo nunca me siento especial. Lo pasé muy mal en el colegio, entre los 5 y los 19 años, y siempre me decían que era fea.

Así que estaba sentada en una gran roca cuando los niños llegaron caminando, y cuando bajé hacia ellos, una de las niñas pequeñas me miró fijamente con la boca abierta. Se acercó a mí, tiró de mi vestido y me dijo: «Eres tan hermosa. ¿Podría darte un abrazo?»

Sonará vanidoso, pero fue un momento muy especial para mí. Se me hizo un nudo en la garganta y luché por contener las lágrimas. Me sentí muy especial y sostuve su mano todo el tiempo que estuve caminando con ellos. Fuente.

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16.

Mi sobrina de cuatro años descubrió que si tocas mi Fitbit, obtienes diferentes pantallas. Lo tocó hasta que llegó a la que tenía el ritmo cardíaco.

Sobrina: «¡Oooo, un corazón!»

Yo: «Sí, ese es mi ritmo cardíaco.»

Sobrina: «¿Te dice cuánto amas a alguien?» Fuente.

Y tú, ¿qué es lo más majo que has escuchado decir a un niño?