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19 camareros revelan cuáles son las primeras citas más incómodas que han presenciado

Errores garrafales en las primeras citas.

Detrás de la obra de teatro Pigmalion se encuentra una reflexión que confirmaría una frase hecha muy extendida: no hay que quedarse con las primeras impresiones. El libreto está protagonizado por un profesor de fonética que apuesta con un colega que, si es capaz de corregir la dicción y los hábitos vulgares de una humilde florista, la convertirá en una dama capaz de mezclarse con la alta sociedad más elitista.

Pero la conclusión de la trama es que el presuntuoso académico termina perdidamente enamorado de ella, que a su vez le demuestra que, si quiere, puede ser la mujer más sofisticada. Por cierto: ella le termina dando calabazas.

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No hay una formula perfecta para una primera cita. Qué hacer, o no, en una situación así, es algo para lo que no hay una respuesta científica. La verdad es que eso es precisamente lo que convierte el flirteo en algo impredecible… e inexplicablemente adictivo.

Como todo lo desconocido, uno no sabe de antemano qué hay más allá de los dos besos iniciales de saludo. Pero si hay personas que pueden dar buenos consejos sobre el tema, esos son los camareros. En un hilo de Reddit preguntaron a los miembros de este gremio por las situaciones más incómodas que han presenciado, y lo cierto es que las respuesta son impagables.

Atento porque conocerás algunas anécdotas geniales… y puede que, además, aprendas algunas cosas que hay que evitar a toda costa.

1.

Trabajé en un bar en el que el 50% de nuestros clientes eran citas de Tinder. Una vez llegaron dos hombres por separado y se sentaron solos en diferentes mesas, junto a la misma pared. Los dos estaban mirando hacia la puerta y claramente esperando a sus citas.

Más tarde, una mujer entró y se acercó al tipo más cercano, se sentó con él y empezaron a hablar. Pidiendo bebidas. Después de unos cinco minutos, el otro hombre, que seguía solo, se levanta y se acerca a la pareja. Le dice «hola» a la chica y algo como «¿no eres nosequién…? Soy nosequién y se supone que teníamos una cita». Ella estaba claramente avergonzada, se rió con nerviosismo, y se levantó para sentarse con este otro hombre en su mesa.

Un par de minutos después aparece la otra mujer y se sienta con el primer hombre, que le cuenta todo lo que ha sucedido. Fuente.

2.

Había un hombre que usaba habitualmente el sitio en el que trabajaba. Cada día era una chica diferente, y siempre acababa enfadada. Él las agasajaba y fanfarroneaba sobre sí mismo hablando sobre lo caballeroso que era por llevarles a un sitio con clase, y que como agradecimiento deberían dejar que se acostara con ellas.

Todas las veces la cita se marchaba y teníamos que lidiar con un imbécil despechado que intentaba liarse con las trabajadoras del local. Fuente.

3.

La cita que presencié empezó muy bien. Yo estaba tocando con una banda en un club pequeño. Habría unas 30 personas en la sala. Una pareja que había estado sentada junta cerca de mi se metió en uno de los baños.

Entre canciones, cuando había silencio ne el club, el camarero gritó: «¡Espero que no estén ahí dentro haciéndolo sobre mi lavabo!»

Todo el público se giró y miró la puerta del baño, y mientras mirábamos, la pareja salió, sonriendo al principio. Cuando vieron que todo el mundo les observaba, sus caras se pusieron rojas.

Pagaron la cuenta rápidamente y se marcharon. Fuente.

4.

No era una primera cita, pero fue muy incómodo: un hombre entra con una acompañante de lujo y se gasta una cantidad enorme de dinero en el bar. Cuando ella se marcha unas horas más tarde, él nos informa de que su mujer está a punto de venir a recogerle para ir a cenar, y nos da una propina de $200 para mantener nuestras bocas cerradas. ¡Qué elegancia! Fuente.

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5.

Yo era la que tenía la primera cita. Fui a un bar con este tipo, nuestra camarera apareció y le reconoció inmediatamente, fue super amistoso, apuntó lo que queríamos y se marchó. Cuando se había ido, me dijo que solían salir juntos. Se pasaron el resto de la cita flirteando.

No hubo segunda cita. Fuente.

6.

Trabajé como camarero en una cafetería que tenía un fregadero para lavar los platos en la que estabas cara a cara con quien estuviera sentado en la barra delante tuya. Por alguna razón, mucha gente escogía este sitio para sus primeras citas, así que tenía que lavar los platos y fingir que no me estaba literalmente enterando de la cita.

Una vez, una persona a la que conocía se sentó en ese maldito sitio delante del fregadero. Como nos conocíamos, hablamos un rato, y después fue como si se hubiera levantado una barrera entre nosotros, y empezaron la cita… Pero yo todavía tenía platos para lavar… fue muy incómodo. Fuente.

7.

Una mujer pidió una mesa diciendo que estaba esperando a un hombre, nos dio una breve descripción. Apareció unos 10 minutos más tarde, y ella empezó a decir «¡lo sabía!», parecía sorprendida y asustada. Apunté lo que habían pedido y cuando regresé, se habían marchado. La jefa de sala me contó que cuando me marché empezaron a discutir, el hombre estaba casado con la prima de ella, y la mujer estaba casada también. Por lo visto, se habían estado escribiendo mensajes durante una temporada después de haberse conocido en los anuncios personales de Craiglist. Ignoro si finalmente se enrollaron o si lo cancelaron todo. Fuente.

8.

Un hombre empezó a hablar sobre lo estupendo que era que hoy en día pudieras tener citas sin etiquetas. Una mujer, con una voz sospechosamente alegre, respondió que a veces las etiquetas son útiles para definir las fronteras de la relación. El hombre, optimista, contestó que A VECES está bien pasar el tiempo con alguien sin tener que definir la relación… ¡Era muy incómodo escucharles! Fuente.

9.

No era una primera cita, pero cuando empecé a trabajar de camarero tuve como clienta a una mujer a la que claramente habían dado plantón. Llegó, pidió una bebida, y miró alrededor de vez en cuando. La vi usar su teléfono un par de veces y su estado de ánimo ensombreció hasta que finalmente una hora más tarde puso el móvil cara abajo y pidió comida.

Le quité lo que pude de su factura y pagué yo mismo la diferencia, le dije que la invitábamos. En mi carrera ha pasado hasta dos veces más, una vez con otra mujer, y una vez con un tipo. Hice lo mismo. Nada es peor que comer solo y derrotado. Fuente.

10.

Tuve a dos personas que estaban en una primera cita. Después de los aperitivos, a este pobre hombre se le suelta la tropa y estuvo toda la noche yendo y volviendo al baño. Había poca gente en el restaurante y era realmente llamativo, la gente se reía cada vez que se levantaba. Honestamente, me sentí fatal por él. Fuente.

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11.

Al final de una cena, dos parejas en una cita doble se fueron sin pagar. Les perseguí por la calle, y cuando les alcancé las mujeres no tenían ni idea, sus citas les dijeron que estaba todo pagado. Acabaron pagando ellas: los hombres no tenían dinero. Fuente.

12.

Al final de una comida… después de los aperitivos, dos de los entrantes más caros, una botella de vino carísima, y un postre con una botella de Dom… el hombre me dice, delante de su cita, «Eh tío… es una primera cita… ¿Qué más puedo hacer para asegurarme de que se acuesta conmigo?»

La joven se puso roja, y se quedó boquiabierta. Cuando traje la factura, le dije, «¿Después de preguntarme eso? Ya no puedes hacer nada». Fuente.

13.

Trabajaba de camarero en un asador. Un hombre venía cada fin de semana, a veces solo, a veces con una mujer. Se saltó un par de semanas, y volvió un domingo con una nueva acompañante. Me tocó atenderle y al verle le dije «¡Eh, cuánto tiempo!» La mirada de la mujer casi nos fulmina a los dos. No hablaron durante el resto de la cena… y no tuve una buena propina ese día. Fuente.

14.

No era camarero, sino un cliente cercano con buen oído. Una pareja estaba terminando la cena cuando a ella le llama por teléfono, y ella le dice a su interlocutor que no está ocupada, y hace planes para pasar la noche con ese otro tipo… mientras su cita sentada delante suya se queda boquiabierta. Fuente.

15.

Atendí a una pareja que claramente estaba en su primera cita, y a la mujer claramente no le impresionaba el hombre con el que estaba cenando. La cita terminó apresuradamente y pago él, dejándome una propina del 5%. Al día siguiente, entró la mujer en el restaurante, se me acercó, dijo «ha sido la peor primera cita de mi vida, y me quedé mortificada cuando te escatimó en la propina», y me dio $20. Fuente.

16.

Un amigo atendió a una pareja muy joven, tendrían alrededor de 15-16 años. El chaval intentó dar un beso poniendo labios de pato, cerrando los ojos, y todo eso. La chica parecía a la vez disgustada y aterrorizada. Fue como aquella escena en X-Men en la que Quicksilver salva a todos y se encuentra a esa pareja en el tejado. Fuente.

Y tú, ¿alguna vez has sido testigo de una situación similar?