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19 personas cuentan los «errores en Matrix» más inexplicables que han presenciado

La expresión “un fallo en matrix” es, a día de hoy, una expresión bastante habitual para definir sucesos inexplicables. Por supuesto, tiene su origen en la trilogía de las hermanas Wachowski. En su primer regreso a la Matrix, Neo ve a un gato negro subiendo unas escaleras, y de inmediato ve otro gato idéntico pasando por el mismo lugar. Un fenómeno que todos hemos experimentado alguna vez y que se llama «déjà vu» — en francés «ya visto»—.

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En ese momento, explican que, en ese mundo de ficción, un «déjà vu» es en realidad un error en Matrix, que sucede cuando algo cambia en la simulación. Así, estos «errores» o «fallos» revelarían que algo está mal en el tejido de la realidad.

La expresión se ha popularizado, y en general se emplea para designar a cualquier suceso para el que no existe una explicación aparente. Como los que le ocurrieron a nuestros protagonistas: casualidades prácticamente imposibles, o encuentros inexplicables, para los que años después no tienen ninguna teoría satisfactoria. Atento, porque después de conocer estas historias tú también te convencerás de que vivimos en una simulación de computadora.

1.

Hace unos 15 años, llamé a mi amigo y no estaba en casa, así que le dejé un mensaje en su contestador automático. Le dije: «Eh, soy yo, tenía ganas de verte, te llamo más tarde. Adios». Colgué y me fui de casa. No hice más llamadas. Más tarde, mi amigo me devolvió la llamada y me dijo: «Wow, qué mensaje más raro me dejaste. ¿Quién era esa chica con la que hablabas?» Le contesté: «¿De qué estás hablando? No hablé con ninguna chica».

Resulta que el mensaje no finalizó cuando dije «Adios». Fui a su casa y escuché el mensaje varias veces. Después de mi mensaje inicial, que reproduje más arriba, había una pausa y continuaba durante otros 30-40 segundos, en los que se me escuchaba hablando con una chica cuya voz no reconocí. Mi voz era idéntica; no solo la voz, sino también la forma de hablar. Era mi voz. Además, hacia referencias a cosas que eran ciertas. Básicamente, en la conversación con esta chica hablaba sobre que quería ir a esquiar, pero que antes tenía que arreglar mi coche, cosas que eran completamente verídicas. Después, el mensaje se detenía.

Estaba grabado en uno de esos contestadores automáticos digitales, así que no había una cinta que pudiera extraer y analizar, desafortunadamente. Ni yo ni mi amigo teníamos la posibilidad de llamar a varias personas a la vez, así que eso tampoco era el motivo. Fue muy extraño, y no tengo explicación. Es como si hubiera conectado con un universo alternativo a través del contestador automático. Fuente.

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2.

Me ocurrió cuando iba al colegio. Me dio tanto miedo que terminé yendo a la oficina del jefe de estudios para hablar sobre ello. Me habían echado al pasillo por portarme mal, y mi vecino Tad, que tenía un año menos que yo, salió en ese momento de la clase que había a mi derecha, pasó delante de mí, y se marchó bajando unas escaleras. Nos dijimos «hola» el uno al otro. Unos 20 segundos después, volvió a salir de la misma clase, pasó delante de mí, y se marchó por las escaleras. Simplemente le miré, confuso y asustado, y él me dijo «¿por qué me estás mirando así?». Fue completamente un fallo en Matrix. Fuente.

3.

Cuando tenía 12 años, mi madre me dejó quedarme en la furgoneta mientras ella entraba en el supermercado. Mientras esperaba, vi un anciano que se acercaba a la furgoneta con una mirada indescifrable, como si yo supiera demasiado. Se detuvo a unos pocos metros, me miró detenidamente durante un par de segundos, y se marchó por donde había venido. Por algún motivo, me dejó en shock. Unos 5-6 años después, mi padre me enseñó unos vídeos de cuando yo era muy pequeño y estuvimos en Yellowstone. En el géiser Old Faithful, me fijé en que allí estaba el mismo tipo, con la misma mirada y la misma ropa, mirando fijamente a la cámara como si pudiera verme a través de la pantalla. Me pone los pelos de punta solamente contarlo. Fuente.

4.

Creo que el suceso más raro que he vivido fue cuando iba al instituto. Estaba hablando por teléfono con un amigo, describiéndole un sueño que había tenido sobre una pista de patinaje sobre hielo, y entonces él empezó a describir el resto del sueño desde el punto de vista opuesto. Los dos describimos el mismo escenario, lo que la gente estaba haciendo, etcétera… me quedé en shock. Fuente.

5.

Estaba en unos grandes almacenes hace un par de años y pasé frente a una pila de libros de segunda mano. Entre ellos estaba el último libro de la serie La Torre Oscura de Stephen King. En la portada aparecía Roland delante de la Torre, con un campo de rosas detrás suya. Tuve el libro en mis manos y lo miré durante un rato. Recuerdo que me sorprendió que estuviera en esa pila de libros.

Había leído los 6 primeros libros y tenía ganas de comenzar el último, pero esa semana tenía poco dinero. Lo volví a dejar y decidí que volvería la semana siguiente cuando hubiera cobrado.

Cuando regresé una semana después, no estaba allí. No volví a pensar en ello hasta que un mes después fui a una librería a comprarlo. Me dijeron que aún no había salido, y que la fecha de lanzamiento era 6 meses después. Hice una reserva.

Cuando el libro salió y fui a recogerlo, tuve que describir la portada en voz alta para asegurarme de que no estaba chalado. El dependiente me dio el libro y era exactamente igual que el que había tenido en mis manos en aquellos grandes almacenes. Fuente.

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6.

Durante una limpieza de la casa retiré un cuadro de la pared, lo apoyé en otro sitio, y cuando volví a la pared vi un cuadro que nunca había visto antes colgado en el mismo sitio. Me puso la piel de gallina.

La explicación más sencilla es que estaba colgado debajo del otro cuadro. Era bastante más pequeño, pero era extraordinario que no lo hubiera visto cuando retiré el otro. Fuente.

7.

Una de las cosas más surreales que me ha ocurrido fue en 2016, cuando me lesioné en el trabajo y durante seis meses mi vida consistió en ir a rehabilitación y estar confinado en una cama hasta que pudiera volver a andar. Tenía mucho tiempo para leer libros, y empecé uno que se llamaba «Ex-Heroes», escrito por Peter Clines.

Cuando leo un libro suelo visualizar a los personajes en mi cabeza, inventándome su aspecto. Un personaje secundario del libro se llamaba Ilya, y como tenía una amiga llamada Ilya, y el libro estaba ambientado en Los Ángeles, donde vivía, en mi imaginación la Ilya del libro era la Ilya que conocía.

Entonces, algo extraño empezó a suceder. La Ilya del libro empezó a hacer referencias a películas como Alien, de las que sabía que ella era muy fan. La Ilya del libro era una gran aficionada a la caza, como la Ilya que conocía. Aunque eran detalles menores, era tan raro que con el tiempo llamé a Ilya para contárselo.

Resulta que Ilya conocía al autor, Peter Clines, y él la puso en el libro. Qué posibilidades había de que cogiera un libro al azar, con una historia ambientada en mi ciudad, y en el que saliera un personaje inspirado en alguien que conocía. Fuente.

8.

Le ocurrió a mi padre. Estaba bajando las escaleras de casa llamando a mi perra, Katey. Escuchó una voz femenina contestar: «Estoy aquí». Cuando dobló la esquina hacia el sitio del que provenía la voz, mi perra estaba allí mirándole expectante. Está convencido de que fui yo gastándole una broma, pero en ese momento solo estaban en casa él y la perra. Todavía nos reímos de él por ello, pero él se estremece al recordarlo. Han ocurrido algunas otras cosas extrañas con la perra, así que quizás está hechizada o algo así. Fuente.

9.

Hace unos 15 años, caminaba por la estación con la que por entonces era mi novia. Era un frío día de Diciembre, y había mucha gente. Estábamos caminando detrás de una mujer y su hijo. Miré fijamente sus botas, y por algún motivo pensé que esta mujer no pertenecía a este mundo. No puedo explicarlo. Cuando levanté la mirada, la mujer se giró y se quedó mirándonos a mi y a mi novia. En ese momento me empecé a marear. Escuché a mi novia decir «wow» en ese mismo momento. Alrededor de nosotros otros se quedaron igual. Mi novia dijo que pensó que esa mujer no era una persona normal. Fue una de las experiencias más extrañas que he vivido.

Fue como si la mujer hiciera algo para desorientarnos, de forma que dejáramos de fijarnos en ella. Rarísimo. Fuente.

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10.

Estaba en una feria de arte en mi ciudad, en una zona en la que muchos artistas usan viejos almacenes como estudios de arte. Mi novia y yo caminamos hasta el piso superior de uno de estos almacenes, después de haber recorrido prácticamente cada estudio del edificio. Parece que no había mucha gente interesada en subir a la parte más alta del almacén. Entramos en una habitación abierta enorme, donde había dos personas. Una era una mujer de veintitantos, una fotógrafa que había colgado todas sus fotografías en la pared, y el otro un hombre mayor muy delgado, que tendría unos 60 años.

Mi novia y yo estábamos mirando las fotografías cuando ella me susurró: «este sitio es inquietante, deberíamos irnos». Nos disponíamos a irnos, cuando el hombre mayor le dijo a mi novia: «toma, esto es de su parte, para tu cumpleaños que es dentro de poco». Le dio una foto de una bicicleta antigua. Por supuesto, eso era exactamente lo que me pidió para su cumpleaños, que era dentro de dos semanas.

Mi novia se quedó en shock y le preguntó cómo lo sabía, y él contestó encogiéndose de hombros. Cuando nos íbamos, de pronto dijo: «estate atenta, ya sabes», y señaló a sus gafas. Un mes después, consiguió un trabajo como oftalmóloga.

Todavía hablamos de ello de vez en cuando, fue una locura. Y no no creo en lo sobrenatural, ni nada por el estilo. Fuente.

11.

Me subí a un tren en una pequeña estación en Utrecht, pensando que iba a Amsterdam Central. Entonces, cuando arranca, me doy cuenta de que está yendo en la dirección contraria. Está avanzando por una vía completamente recta, durante unos cinco minutos, a bastante velocidad. Pero cuando llega a la primera parada, de alguna manera es exactamente la misma pequeña estación en Utrecht. Cuando me bajo, estoy en exactamente el mismo sitio en el estaba antes de subirme al tren.

Después me subí a un tren diferente, que finalmente me llevó a Amsterdam. Sigo sin comprenderlo. Fuente.

12.

Cuando jugaba al beisbol de niño, al final de la temporada estaban dando trofeos. Decían en voz alta los nombres de los niños que recibían los trofeos. De pronto, nombraron a un niño que se llamaba exactamente igual que yo. Nos presentamos después de la ceremonia porque era muy raro, nuestro apellido no era demasiado común. Incluso teníamos la misma fecha de cumpleaños. Nos parecíamos fisicamente, nuestros respectivos padres se llamaban Derek y nuestras respectivas hermanas se llamaban Lilly. De niño, me pareció apasionante. De adulto, me parece apasionante y también perturbador. Fuente.

13.

1985. Mi exmujer y yo estamos durmiendo. Entraba algo de luz de una farola por la ventana, así que había visibilidad en la habitación y la cama. Nuestro pomerania negro estaba durmiendo con nosotros al final de la cama.

Soñé que me despertaba, me acercaba a acariciar al perro, y él se convertía en una criatura llena de dientes que quería morderme. Me levanté y encontré a mi novia asustada intentando escapar de la cama. Le pregunté: «¿Qué ocurre?» Me dijo: «¿qué es esa cosa negra con dientes al final de la cama? ¿Dónde está el perro?»

Habíamos tenido la misma pesadilla a la vez. Todavía me estremezco al recordarlo. Fuente.

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14.

Solía ir en bicicleta a mi colegio. Un día, después de una fuerte tormenta, estaba pedaleando por mi ruta habitual a través del aparcamiento de un restaurante local. Pensé que vi algo en el suelo así que me detuve. Primero encontré $20, después otros $20, algunas monedas, un billete de $5, y finalmente $50. Estaba nervioso mientras recogía el dinero y mirando alrededor por si era una broma de cámara oculta o algo así. Me metí el dinero en el bolsillo, cogí la bici y pedaleé hasta el colegio. Más tarde, en casa, conté mi botín y me alegré de mi buena suerte.

Unos años después, estoy trabajando como camarero en un restaurante. En ese restaurante nos podíamos quedar con las propinas al final de la noche. Tuve una noche especialmente buena y me fui al bar de al lado a tomar algo. Cuando me marché, llovía a mares y tuve problemas para sacar mi llave del bolsillo, finalmente lo conseguí y volví a casa donde me quedé dormido al instante.

A la mañana siguiente, me di cuenta de que había perdido mis ganancias de la noche anterior. Pensé que debí haberlas dejado caer en el aparcamiento mientras intentaba sacar las llaves. Volví al aparcamiento, pero no estaban. Acababa de perder, lo has adivinado, dos billetes de $20, uno de $5, un par de monedas, y uno de $50. Tras aceptar el hecho de que acababa de perder $100 por mi propia estupidez, empecé a contemplar la posibilidad de que existiera un bucle temporal en el que me doy a mi mismo 100 pavos. Fuente.

15.

Mi abuelo sirvió en la marina y estuvo lejos de casa durante cinco años. Cuando volvió, de camino a casa se encontró con su viejo amigo, Wally. Wally estaba subiéndose a un autobús, y mi abuelo le grito: «¡Hola!». Pero Wally no contestó. A mi abuelo no le llamó la atención, porque Wally no tenía un gran oído. Cuando Wally se subió al autobús, miró fijamente a mi abuelo mientras se alejaba. Después, cuando llegó a casa y estaba charlando con su padre, le preguntó qué tal le iba a Wally y le contó que le había visto antes. Su padre se quedó callado durante un minuto, y le preguntó si estaba seguro de que era Wally. Mi abuelo le dijo que sí, y su padre le contestó: «Wally perdió la vida hace seis meses». Fuente.

16.

Tenía un amigo en el instituto, llamémosle Bob. Bob era un tipo muy majo, y aunque no éramos íntimos, teníamos gustos musicales similares y compartíamos CDs. Con el tiempo, nos graduamos, y yo me mudé varias veces, así que perdimos contacto. Cuando me iba a ir a la universidad, tenía uno de los CDs de Bob en mi posesión. Era «Beat», de King Crimson.

Unos 10 años después, me había graduado y trabajaba constantemente para tener dinero suficiente para comprarme mi primera casa. Cuando por fin lo conseguí, durante la mudanza vi el CD en una caja y pensé «vaya, debería enterarme de dónde vive Bob ahora y devolvérselo».

De pronto, sonó el timbre… Era Bob. Me dijo: «oye, ¿por casualidad no tendrás por ahí mi CD de King Crimson, verdad?»

Lo tenía justo en mi mano. Se quedó boquiabierto. Charlamos un rato, le pregunté cómo me había encontrado, pero ya no me acuerdo lo que me dijo. Eventualmente se marchó, y no he vuelto a verle. Fuente.

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17.

Mi padre tenía un pequeño mono de juguete al que llamaba «mi hijo favorito», y nos chinchaba con él a mi y a mis hermanos. No de una forma malvada, pero era frustrante así que pasábamos horas intentando robárselo.

Un día finalmente conseguimos quitárselo, y lo tiramos a la basura después de haber pintorrajeado encima y haberlo roto. Mi padre se partió de la risa cuando vio que no estaba y lo buscó durante un tiempo, pero básicamente se dio cuenta de que lo habíamos tirado y después de una semana aproximadamente se rindió.

Algunos años después, cuando tenía 17 años, visité a unos amigos en Toronto. Caminando por la calle, veo un extraño objeto naranja y al cogerlo es EL MISMO MONO DE JUGUETE. Incluso tenía las líneas que le habíamos dibujado encima. Sinceramente, no sé cuáles son las posibilidades de que pueda ocurrir algo así, considerando que lo que tiramos a la basura acaba en un vertedero local, muy lejos de Toronto. Fuente.

18.

Recuerdo que cuando era muy joven, tenía 9 ó 10 años, estaba en el aparcamiento de un pub en Southend, Inglaterra. Vi a una adolescente en la ventana de una casa mirando hacia el aparcamiento. Me saludó con la mano y sentí como si por algún motivo la conociera. Mis padres me preguntaron a quién estaba saludando, y les dije que a una señora en una ventana. No le di muchas vueltas. Diez años después, estaba en la nueva casa de mi abuela. Recuerdo que entré en su habitación, algo que teníamos prohibido. Me di cuenta entonces de que estaba en la casa sobre el mismo aparcamiento que recordaba de muchos años antes. En ese momento, una niña de unos 9 ó 10 años que estaba en el aparcamiento me saludó con la mano, y yo la saludé a ella. Sentí como si por algún motivo la conociera.

No puedo explicarlo y nunca se lo he contado a nadie. Me pareció desconcertante. Fuente.

19.

Todas las mañanas nos sirven el desayuno en el trabajo, se trata de un buffet sencillo con huevos, bacon, y cosas así. Nada espectacular, y solamente para alimentar a una docena de personas más o menos. Suelo ser una de las primeras personas de mi equipo en llegar a la oficina, y como es habitual no había nadie en la cocina. Entré en la pequeña sala, y había una bandeja de huevos de cerámica con una docena de huevos en ella. Cada uno de los espacios de la bandeja estaba ocupada por un único huevo.

Cogí uno, me acerqué al cubo de basura para tirar la cáscara, y cuando regresé a donde estaba la comida me quedé paralizado. Volvía a haber 12 huevos en la bandeja. Nadie había entrado en la habitación mientras estaba pelándolo. Toqué el huevo nuevo y estaba a la misma temperatura que los demás.

No es algo espectacular, pero fue realmente extraño. Teniendo en cuenta que no es habitual que te regalen un huevo de un universo paralelo, pelé y me comí ese también. No me dio superpoderes. Fuente.

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Y a ti, ¿te ha pasado alguna vez algo inexplicable?