El trabajo es, desgraciadamente, uno de los focos más habituales de estrés. El principal motivo es que la mayoría de nosotros no contamos con las herramientas que hacen falta para lidiar con todo lo que puede llegar a ocurrir durante la jornada laboral. La tensión de pedir un aumento de sueldo, los cambios de última hora a la hora de ejecutar un proyecto, tener que explicar a un superior o a un cliente por qué no ha salido bien un trabajo… Se trata de situaciones incómodas para casi todo el mundo.
Cuando las situaciones implican a terceros, ya sean superiores, compañeros o clientes, la mejor manera de solventarlas es la comunicación. Pero no siempre tendrás éxito: quizás sientes que la otra persona no confía en tu valía como trabajador, o no aporta soluciones para resolver el conflicto. Siempre nos quedara el desahogo que supone contar a nuestros allegados lo sucedido…. O, incluso, relatarlo en las redes sociales, donde hay una audiencia muy interesada en este tipo de situaciones.
Aquí tienes una serie de historias de trabajos en los que las personas se comportaron de manera impredecible o inadecuada. Como mínimo, es la demostración de que absolutamente todos los empleos tienen sus particularidades absurdas.
1.
En mi trabajo solo permiten que bebas agua de vasos pequeños, y te tienes que beber todo el vaso inmediatamente y luego desecharlo. No está permitido tener botellas de agua durante tu turno, sin importar en qué parte de la tienda esté trabajando. Si estás en un descanso, que es tiempo no remunerado, no puede comprar una botella de agua, aunque te la bebas entera y la deseches antes de volver al turno. Es el conjunto de reglas más estúpido con el que me he encontrado. Fuente.
2.
En nuestro trabajo hay un ingeniero senior que no hace absolutamente nada en todo el día.
A menudo reserva una sala de conferencias y se sienta en la oscuridad durante horas. Cuando está sentado en su escritorio, en realidad no hace nada más que existir. Pero su equipo (que él no organizó y que en realidad no lidera) es lo suficientemente bueno como para hacerle quedar bien, por lo que sigue estando en un puesto de responsabilidad. Fuente.
3. «Trabajo en una residencia de ancianos. Tenemos que traer nuestra propia ropa, pero la taquilla es demasiado pequeña.»
4.
A una compañera de trabajo le robaron un montón de dinero en efectivo de su bolso. Todo el mundo sabe quién lo hizo. No solo era la única persona que no asistió a una reunión cuando desapareció el dinero, sino que de repente empezó a evitar a mi compañera de trabajo cuando habían sido amigas antes de eso. Además, tuvo que ser una persona que supiera dónde estaba guardado exactamente el bolso para poder robar el dinero e irse antes de que la vieran.
Ahora nadie en la oficina habla con la presunta ladrona. Esa es nuestra forma de impartir justicia en la oficina, ya que no pueden despedirla oficialmente si no hay pruebas contundentes de que fue ella. Fuente.
5. «Trabaje en un sitio que estaba en el décimo piso de un edificio de oficinas, pero debido a las reglas de seguridad contra incendios, su permiso de ocupación estaba limitado a aproximadamente la mitad de lo que necesitaban.»
«Así que literalmente construyeron una pared en el pasillo que cortaba el lugar por la mitad, y luego agregaron una puerta del tamaño de un aparador en esta nueva pared. Pusieron una fotocopiadora delante de manera que la mitad de la compañía quedaba oculta detrás de esta micropuerta que, con suerte, el jefe de bomberos no descubriría jamás.»
6.
Trabajo en una pequeña clínica quiropráctica. Somos tres quiroprácticos, y cuatro recepcionistas (dos por cada turno). Una de las recepcionistas literalmente no hace nada más que registrar a los pacientes. Se supone que debería trabajar también en la facturación y otras tareas relacionadas con el seguro, pero no hace nada de eso.
Ella siempre deja su Facebook conectado, así para vengarme a veces uso su cuenta para darle «me gusta» a los memes más retorcidos que encuentro. Fuente.
7. «El hospital para el que trabajo fue originalmente diseñado para ser un hotel.»
8.
Trabajaba en un edificio que tenía una cafetería, y nos fijamos en que hacía muchos días que no venía una de las cajeras habituales. Cuando preguntamos por ella, nos enteramos de que había fallecido. Mi compañera de trabajo preguntó de quién estábamos hablando y, al enterarse, se levantó de su escritorio, se tiró al suelo y comenzó a rodar de un lado a otro llorando tan fuerte como era humanamente posible. Todos nos asustamos, incluso teníamos clientes en el teléfono que tuvimos que poner en espera hasta que pudimos levantarla y hacer que alguien la acompañara a otro lugar para que pudiera calmarse. Se cogió libres los siguientes días, incluido el día del funeral. Como suponíamos que había ido al entierro, le preguntamos cómo estuvo, y ella respondió: «¿Eh? Yo no fui, apenas la conocía…» Fuente.
9.
Uno de mis primeros trabajos fue en un parque de atracciones, y si eras un «buen empleado» (llegabas a tiempo y estabas sobrio) podías ascender bastante rápido. De pronto, me encargaba de organizar los descansos de los trabajadores, y de formar a las nuevas contrataciones, lo cual era un trabajo bastante bueno y estaba un poco mejor pagado.
Un día avisé a un chico que llevaba poco de que le tocaba su descanso, y él sonrió, cogió la bolsa con el cambio acumulado, y salió corriendo con él, supuestamente para meterlo en las cajitas de seguridad que nos dan para guardar el dinero. Era el final del día y habría entre 1.000 y 2.000 dólares en billetes y monedas pequeñas.
Nunca volvió. Vino el personal de seguridad del parque de atracciones, me hicieron un montón de preguntas sobre él, y finalmente descubrieron que io información completamente falsa y que trabajó lo suficiente como para tener la oportunidad de robar un par de miles de dólares. Nunca le encontraron. Fuente.
10.
Trabajo en una escuela de medicina, y en una ocasión estuve en una reunión llena de doctores titulados. La reunión se puso un poco acalorada y uno de los médicos que estaba discutiendo se subió a la mesa y comenzó a bailar claqué mientras gritaba: «¡No me podéis despedir! ¡He estado aquí desde siempre! ¡Puedo decir lo que quiera!» Fue hilarante. Fuente.
11. «El viejo asiento del inodoro en el trabajo se rompió, así que nos compraron uno nuevo…»
12.
En un trabajo anterior, despidieron a una responsable de recursos humanos justo después de regresar de la baja de maternidad. Fue reemplazada por el tipo que ella entrenó para que la reemplazara mientras ella estaba de baja. En venganza, ella envió un correo electrónico a toda la empresa con los sueldos de absolutamente todos los empleados, incluyendo los de los jefazos. Fue espectacular. Había sueldos muy diferentes para personas que teóricamente hacían lo mismo. Se habló de huelgas e incluso hubo amenazas de montar un sindicato. Creo que fue el motivo que condujo al eventual cierre de la planta. Fue una locura. Fuente.
13.
Alguien había estado robando cosas de los escritorios de todos en nuestra oficina. Instalé una cámara de peluche en el escritorio de un compañero, con su permiso, para averiguar quién lo estaba haciendo. Resultó que el ladrón era el dueño de la empresa. Fuente.
14. «Cada grapa que eliminé de los documentos de mis clientes en mi trabajo de oficina.»
15.
Tengo un compañero de trabajo que corre, todo el tiempo.
Creo que nada de lo que hace es lo suficientemente importante como para justificarlo, pero cada vez que va al escritorio de alguien, comienza a caminar rápido o correr de forma extraña con la mano en el pecho, normalmente mientras lleva algún documento.
Luego, cuando llega, pone sus manos sobre el escritorio y estira las piernas como si estuviera preparándose para correr un maratón. Nunca había visto algo así. Fuente.
16. «El ascensor en mi trabajo es un poco confuso.»
17.
En mi oficina hay dos personas curiosas. La primera es una supervisora que casi nunca está en el trabajo y nadie sabe dónde está exactamente. La llamamos «Pie Grande» ya que hay avistamientos ocasionales de ella. La otra persona es su espía. Es el tipo de persona que está constantemente dando vueltas alrededor de la oficina para informar a «Pie Grande» de lo que estamos haciendo todos. La llamamos «el dron».
Mi oficina es interesante. Fuente.
18.
Acudimos a una llamada de emergencia. Se trataba de un bebé de 6 meses, que tenía mucha fiebre. Su madre cubrió su rostro con la mano y empezó a gritar: «¡No le miren a los ojos, todavía es pequeño, a ver si le van a echar mal de ojo! ¡Examínenlo con cuidado!» Fuente.
19. «Trabajo como pastelero. Esta suele ser la vista desde mi ventana.»
20.
Me peleé a gritos con mi jefe. Estaba furioso, y después del altercado, le vi dirigirse al ascensor. Sabía que iría a Recursos Humanos, así que bajé corriendo las escaleras y llegué unos 20 segundos antes que él. Tuvo que sentarse en la sala de espera de Recursos Humanos durante media hora hasta que terminé de hablar con ellos, lo que le enfureció aún más. Fuente.
Y tú, ¿tienes alguna historia de tu trabajo que quieras agregar a esta recopilación?
