Todos hemos tenido alguna vez un día terrible, que somos capaces de recordar incluso años más tarde. Una de esas ocasiones en las que una llave que se rompe en el momento menos oportuno, o somos testigos de cómo nuestro teléfono se cae durante un vuelo en parapente. Ya sabéis lo que dice la «ley de Murphy»: cuando algo puede salir mal, tiene muchas posibilidades de hacerlo.
Si no te lo crees, echa un vistazo a estos internautas que relataron sus desventuras en las redes sociales. Quizás lo hicieron para advertir a los incautos, o simplemente para recibir apoyo moral. Sea como sea, son un recordatorio de que no importa lo malo que sea tu día, siempre hay alguien que ha tenido uno peor.
“Por lo visto, el dios de las cerraduras está muy enfadado conmigo”.
“Creo que voy a encontrar piezas de LEGO durante los próximos 10 años”.
“Vine a comprar números para la puerta de mi casa. Sí, vivo en la número 1881”.
“Compré este modelo en Internet, 2 tallas más pequeño que el de la modelo. Hoy llegó, y parezco un niño que se puso el traje de su padre”.
“Creo que es un juguete para masticar demasiado caro”.
“Lo peor de todo es que pagué extra por más aceitunas”.
“Mi gato consiguió romper la puerta de vidrio de la ducha”.
¿Cómo pudo abrirse así la tapa?
“Pedí un libro y un bote de salsa en Amazon, y lo cierto es que eso fue lo que recibí”.
“De alguna manera, mi perro se encerró en el coche con las llaves dentro. Tuve que llamar a un especialista en apertura de cerraduras, y pagarle 60 dólares”.
“Dejé caer la tapa de una sartén y se rompió de esta manera”.
Igual que esta cuchara de plástico.
Así es el típico primer día de trabajo en un nuevo trabajo.
“Durante un largo vuelo a China, mi amigo no tenía monitor, mientras que todos los demás pasajeros sí tenían uno”.
“Solo quería echar un poco de sal en mi comida”.
Incluso una lata normal y corriente puede arruinarte el día.
“Se me cayó una construcción de 4.000 piezas de LEGO”.
Parece que hoy no iremos a ninguna parte.
“Hace poco, alguien rompió el cristal de mi coche para robar… un traje de baño, una toalla y una bolsa de 10 dólares”.
“El cascanueces se rompió mientras intentaba romper una nuez”.
Mi intento de cocinar pasta en una olla de cerámica fracasó, en el sentido más literal de la palabra.
“Compré un purificador de aire, y me dio por verificar qué había dentro”.
“Mi hijo dejó caer el iPad. Intenté arreglarlo, pero creo que me excedí”.
Una joven que estaba de campamento escuchó sonidos extraños en medio de la noche. Sacó una cámara de la tienda, y fotografió esto.
Y tú, ¿alguna vez has tenido un día así de malo? Cuéntanoslo en los comentarios.